1921. Los neurotransmisores
En este año se encontró que cuando un nervio era estimulado, se liberaban ciertas sustancias. Ya se sabía que el impulso nervioso es de naturaleza eléctrica. El farmacólogo estadounidense de origen alemán Otto Loewi (1873-1961) consideró también la intervención de sustancias químicas, particularmente cuando el impulso nervioso tenía que sortear un pequeño espacio que separa a una célula nerviosa de otra. Loewi halló una de estas sustancias a la que llamó Vagusstoffe “materia del vago”. La acetilcolina había sido hallada unos años antes por el biólogo británico H. Dale (1875-1968) en un hongo llamado cornezuelo de centeno. Dale había visto que la sustancia que producía este hongo tenía un efecto similar al de los productos que se liberan cuando ciertos nervios son estimulados. Dale reconoció que Vagusstoffe y acetilcolina eran la misma sustancia. Loewi y Dale compartieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1936. Años más tarde, en 1946, el fisiólogo sueco Ulf Euler (1905-1983) encontró que, en el sistema nervioso simpático, el transmisor químico era una sustancia similar a la adrenalina y la llamó noradrenalina. Por otra parte, se sabía que la diabetes guardaba alguna relación con el páncreas. Cuando se extirpaba este órgano se producía una enfermedad semejante. Debía haber, entonces, una hormona que ejerciera el control sobre el metabolismo de los carbohidratos. Ya Claude Bernard (1813-1878) había realizado las primeras descripciones acerca de la diabetes. Una vez aceptado el concepto de hormona, parecía lógico suponer que el páncreas producía un tipo de sustancia semejante que controlaba el mecanismo de la glucosa. En 1921, Frederick Banting (1891-1941) logró identificar a las células del páncreas encargadas de la producción de la hormona insulina y posteriormente pudo aislar la hormona.
Véanse también: caps. 33 y 34