Capítulo 51. Intervenciones humanas y cambios globales

Relaciones naturaleza-sociedad: el medio ambiente

1. Todos los ecosistemas sufren los efectos de las actividades humanas, que se manifiestan a escala local, regional o global. Los problemas ambientales suelen ser una consecuencia de la búsqueda de beneficios económicos inmediatos, sin considerar los posibles efectos negativos de tales acciones. La especie humana es parte de la naturaleza y la modifica de distintas maneras. El sistema constituido por la biosfera, los factores abióticos del planeta y sus interacciones poseen mecanismos de autorregulación, pero esta capacidad tiene un límite. Cuando se sobrepasa este límite, el sistema se daña.

2. Los problemas ambientales que resultan de las actividades humanas se pueden analizar desde una perspectiva puramente ecológica o desde una perspectiva ambiental que incorpore las interacciones entre esas actividades y los ecosistemas naturales. En este último caso es necesario considerar variables socioeconómicas y ampliar la perspectiva del análisis. Las vinculaciones entre el entorno natural y las pautas culturales y productivas de las sociedades se denominan relaciones ambientales. El ambiente, así, puede definirse como la entidad que resulta de esas interacciones.

3. Distintas disciplinas definen el ambiente de diferentes maneras. Para los biólogos que se dedican al estudio de los niveles molecular, celular y organísmico, el ambiente es todo aquello que no forma parte de su objeto de estudio, pero lo rodea y lo condiciona. En ecología, la noción de ambiente se articula conceptualmente de manera más íntima, porque los factores abióticos forman parte integral del objeto de estudio. El concepto de ambiente se vuelve aún más complejo cuando se le incorporan las sociedades humanas. En este contexto, se considera que es el resultado de la interacción entre los sistemas sociales y naturales.

4. Las sociedades aprovechan los recursos y las funciones que encuentran en la naturaleza mediante intervenciones que varían en diferentes culturas. La humanidad no puede ser considerada un todo único y homogéneo, porque distintos pueblos tienen diferentes intereses y se vinculan de diversas formas con la naturaleza.

5. Las relaciones entre la naturaleza y la sociedad han sido abordadas desde dos perspectivas: la que concibe al ser humano como dueño que toma de la naturaleza todo lo que necesita sin previsión alguna y la que defiende la idea de no alterar el medio natural, aun a costa de inhibir el uso de recursos naturales tradicionales. Esta polarización ha resultado inadecuada e ineficaz, pero puede ser superada si en la temática ambiental se incluye la dimensión social.

Fig. 51-3. El medio ambiente como resultado de las interacciones entre los sistemas naturales y los sociales

El medio ambiente como resultado de las interacciones entre los sistemas naturales y los sociales La concepción de medio ambiente simplemente como entorno ha sido superada por aquella que incluye a los sistemas sociales. Según esta posición, los sistemas naturales condicionan a los sistemas sociales a través de los recursos que potencialmente pueden proporcionar y, a su vez, los sistemas sociales intervienen sobre los naturales a través de la cultura, que incluye las tecnologías aplicadas.

 

Recursos y funciones naturales

6. El concepto de recurso natural es de origen económico y se refiere a todos los componentes de la naturaleza que las sociedades usan para su abastecimiento y bienestar, tengan o no un valor monetario. Se pueden clasificar en renovables y no renovables. Los recursos renovables son los que se reciclan o reproducen (agua, seres vivos). Existen métodos para estimar cuál es la tasa de explotación que asegura un uso perpetuo de estos recursos sin poner en peligro su continuidad. Los recursos no renovables son principalmente los minerales. Pueden ser reciclables (metales) o no (petróleo, gas, carbón, turba).

7. Al describir el valor de los recursos naturales, se jerarquiza el valor de las funciones y las actividades que realizan los ecosistemas. Estas funciones y actividades tienen un valor económico, que puede perderse o resultar disminuido como consecuencia de los patrones de producción y consumo de las sociedades que los usan. La pérdida o disminución del valor de las funciones ecosistémicas que ocurre como resultado de intervenciones humanas es el llamado costo ambiental.

8. El principal problema que limita el uso conservador de los recursos naturales es que los ritmos actuales de demanda de ciertas sociedades humanas son mucho más rápidos que los tiempos de reposición natural. En casi todos los países, los principales recursos están sujetos a decisiones muy concentradas en pocos núcleos de gran poder económico. Estos grupos suelen optar por la obtención de mayores ganancias a corto plazo. Esta actitud compromete la sustentabilidad del patrimonio natural que pertenece a toda la sociedad, a las generaciones presentes y a las futuras.

 

Formas de intervención

9. Las formas en que las sociedades se relacionan con los sistemas naturales se pueden clasificar en las siguientes categorías: extracción de elementos provistos por la naturaleza, introducción de especies exóticas u organismos modificados genéticamente, reemplazos, uso de funciones naturales e intervenciones combinadas.

10. La extracción de elementos provistos por la naturaleza no tiene costo de producción del recurso, sólo requiere inversión en los procesos necesarios para retirar el componente natural en cuestión. En el caso de los recursos renovables, la tasa de extracción debería estar vinculada con la tasa de regeneración natural o artificial del recurso. Si los recursos no son renovables, la extracción siempre implicará una merma en las existencias. En general, estas actividades se llevan a cabo sin tener en cuenta los efectos de su explotación.

Fig. 51-4. Captura máxima permitida y captura total de la merluza común (Merluccius hubbsi) entre 1980 y 2002 en el litoral atlántico argentino

Captura máxima permitida y captura total de la merluza común (Merluccius hubbsi) entre 1988 y 2002 en el litoral atlántico argentino La merluza común es un pez muy apreciado por su carne en el litoral atlántico argentino. De él depende prácticamente toda la industria pesquera. No obstante, su sobreexplotación ha llevado a que se fijen cupos de captura a partir de 1988, pero sólo se respetaron los primeros años. En la actualidad, este recurso continúa siendo sobreexplotado a pesar de su situación de emergencia (Fuente: Dirección Nacional de Pesca y Acuicultura de la Nación. Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero).

 

11. La introducción de especies exóticas puede actuar como una contaminación biológica y afectar la regulación de las cadenas tróficas, porque las especies introducidas pueden competir con las especies nativas, alimentarse de ellas o parasitarlas. La introducción de organismos modificados genéticamente es un caso especial de esta categoría. Estos organismos se obtienen en laboratorio con el fin de introducir alguna cualidad de interés para los consumidores, los productores o las empresas que los comercializan. Su uso en la agricultura ha generado una gran discusión entre los científicos, los productores agrícolas y los grupos ecologistas.

12. El reemplazo de un ecosistema por otro tiene un costo de producción o de mantenimiento. Los efectos más directos de esta forma de intervención son la fragmentación y la desaparición del hábitat. El reemplazo es la causa más frecuente del deterioro de las poblaciones animales y vegetales, porque las plantas silvestres se convierten en malezas, disminuyen las áreas de refugio, cría o alimentación o interrumpen las vías de migración entre diferentes poblaciones.

13. El establecimiento y el crecimiento de las ciudades modifican los ciclos naturales, porque en ellas se consumen grandes cantidades de materia y energía provenientes de otros sitios y se eliminan grandes cantidades de residuos cuyo reciclado es difícil o imposible. Al aumentar el grado de impermeabilización del suelo, el ciclo del agua se ve afectado y aumenta el riesgo de inundación.

 

Consecuencias de las intervenciones

14. Las principales consecuencias de las intervenciones humanas son la extinción de especies, el agravamiento de los desastres naturales y la contaminación de los ecosistemas.

15. La actual tasa de extinción de especies es una de las más altas de la historia de la vida. La fragmentación del hábitat es el primer paso que conduce a estas extinciones, porque implica una disminución en el tamaño de las poblaciones y una restricción del intercambio genético. Las especies que se pierden son silvestres o cultivadas, porque la explotación agrícola se centra en unas pocas especies y variedades.

16. Las actividades humanas pueden hacer que ciertos cambios, propios de la dinámica de los sistemas naturales, se transformen en un desastre. El concepto de desastre incluye los aspectos sociales: si no está involucrada la sociedad, no hay desastre. Toda situación de riesgo implica una amenaza de origen natural o humano y la magnitud de su impacto depende del contexto social en que se manifieste. El actual concepto de riesgo resulta de una combinación entre la amenaza y la vulnerabilidad social. Las herramientas básicas para reducir la vulnerabilidad son una buena selección de los sitios de asentamiento humano y un uso de los recursos naturales que tenga en cuenta los costos ambientales y sociales. En definitiva, una planificación apropiada y la implementación de políticas que disminuyan el riesgo.

17. La capacidad de los ecosistemas para recibir actividades y residuos humanos no es infinita, pero en general se actúa como si lo fuera. Se debería analizar la presencia y la abundancia de cada contaminante, su relación con el ambiente receptor y la población vulnerable a sus alcances y efectos. En el caso de la contaminación química, los aspectos más preocupantes son la acumulación de contaminantes en los seres vivos y los efectos sinérgicos entre sustancias que, al combinarse libremente en el ambiente, generan compuestos desconocidos y, por lo tanto, incontrolables.

18. La presión de las poblaciones afectadas por procesos de contaminación ha impulsado a los gobiernos a desarrollar tecnologías alternativas y a tomar medidas preventivas, de control, paliativas y correctivas. Sin embargo, en el mejor de los casos, estas acciones suelen proteger sólo a las poblaciones humanas inmediatamente perjudicadas. Las alteraciones de los ecosistemas que podrían generar efectos a más largo plazo sobre las sociedades humanas no suelen ser objeto de acciones. Los pronósticos de los expertos apenas son escuchados por los funcionarios responsables de tomar decisiones políticas. La pérdida de calidad y de servicios ambientales, por falta o escasez de control, no figuran en las cuentas oficiales. Los economistas ambientales consideran que este hecho invalida la confiabilidad de los presupuestos y los balances de todos los países.