1669. Se propone que los fósiles son restos de antiguos organismos (Steno)
Nicolaus Steno (1638-1686) fue un geólogo y anatomista danés cuyas tempranas observaciones promovieron un gran avance en la geología y sentaron indirectamente las bases para el desarrollo de una teoría de la evolución. En 1660, Steno se dirigió a Amsterdam a estudiar anatomía humana. En 1665 fue a Florencia, donde fue designado médico por el gran duque Fernando II. Steno realizó numerosos viajes dentro de Italia y, en 1669, publicó sus observaciones en un trabajo titulado De solido intra solidum naturaliter contento dissertationis prodromus. En ese tratado, que constituyó una piedra fundamental para la geología, dio nacimiento a la ciencia de la cristalografía. Steno propuso la revolucionaria idea de que los fósiles eran restos de antiguos animales vivos enterrados y que muchas rocas eran el resultado de la sedimentación. Según su interpretación, y de acuerdo con el relato bíblico, esos restos fueron arrastrados y enterrados como consecuencia del Diluvio Universal. Steno se dio cuenta de que la corteza terrestre tiene una historia cronológica de eventos geológicos y que la historia puede ser descifrada por medio de un meticuloso estudio de los estratos y los fósiles. Negó la idea de que las montañas crecen como los árboles y propuso, en cambio, que se forman por alteraciones de la corteza terrestre. Presionado por el dogma religioso, Steno debió comprimir toda la historia geológica a 6.000 años. Steno adoptó el catolicismo y abandonó la ciencia por la religión.
Véase también: Introducción