1707. Vitalistas y mecanicistas
A medida que la ciencia y la tecnología avanzaban en el desarrollo de técnicas y métodos de estudio, las preguntas acerca de la vida se iban modificando y complejizando. Muchas giraban alrededor de los mecanismos que regían el funcionamiento de los seres vivos. En 1707, el médico alemán George E. Stahl (1660-1734) publicó un libro en el que afirmaba enfáticamente que los organismos vivos son "especiales" en el sentido de que no se rigen por las leyes físicas, sino por leyes de un carácter distinto. Sin embargo, otro médico, Hermann Boerhaave (1668-1738) opinaba lo contrario. Este holandés estudió en detalle el funcionamiento del cuerpo humano y trató de demostrar que toda su actividad obedece a las leyes de la física y de la química. La primera postura fue denominada "vitalista" y la segunda "mecanicista". El filósofo francés René Descartes (1596-1650) fue un destacado defensor de la postura mecanicista. Los mecanicistas postularon que el cuerpo trabaja esencialmente de la misma manera que una máquina; los brazos y las piernas se mueven como palancas, el corazón trabaja como una bomba, los pulmones como fuelles y el estómago como un mortero con su mano. En los años siguientes, diversas evidencias apoyaron la idea de que los seres vivos obedecen a las leyes de la física y de la química. Sin embargo, esta discusión se prolongó hasta nuestros días. Hoy ya no se sostiene que el cuerpo funciona como una máquina y hay biólogos como Ernst Mayr (1904-2005) que proponen una autonomía de la biología, ya que tiene propiedades que supera a las leyes de la fisicoquímica.
Véase también: cap. 1