1897. Las enzimas (Edward Buchner)
Una de los desafíos más grandes en la búsqueda de las propiedades de la vida fue determinar las características que definen a un ser vivo. Cuando el químico alemán Friedrich Wöhler (1800-1882) logró la conversión de cianato de amonio en urea –es decir, una sustancia "inorgánica"– en una sustancia reconocida presente en los seres vivos, la balanza se inclinó ciertamente hacia el lado de quienes afirmaban que los seres vivos estaban gobernados por las leyes de la física y de la química como el resto del Universo. A fines del siglo XIX, el químico alemán Edward Buchner (1860-1917) mostró que una sustancia extraída de las levaduras podía producir fermentación fuera de la célula viva. A esta sustancia se le dio el nombre de enzima, de zyme, la palabra griega que significa "levadura" o "fermento". Así se demostró que una reacción "vital" no era otra cosa que una reacción química. De esta manera, el viejo asunto sobre el carácter "especial" de los seres vivos finalmente fue dejado de lado. En la actualidad se acepta que los sistemas vivos "obedecen" a las leyes de la química y de la física y los biólogos modernos ya no creen en un "principio vital". Sin embargo, biólogos como Ernst Mayr (1904-2005) proponen una autonomía de la biología, ya que tiene propiedades que supera a las leyes de la fisicoquímica. Edward Buchner recibió el Premio Nobel de Química en 1907.
Véanse también: Introducción, caps. 1 y 4